Narendra Modi, líder del Partido Bharatiya Janata que ha logrado la reelección esta primavera, es el amo en Facebook con 43,6 millones. En Instagram, la tercera red social en número de seguidores y la que crece más rápido, también Modi triunfa con 26,2 millones, según el estudio Twiplomacy que realiza la consultora BCW anualmente. Trump y Modi son nacionalistas a ultranza y se presentan como líderes antiélite.

Cuenta de Twitter del primer ministro de la India.

Cuenta de Twitter del primer ministro de la India. TWITTER

Con 1.370 millones de habitantes, la India es el segundo país del mundo en población, y la penetración de las redes sociales es importante, además del frecuente uso del inglés. Modi suele interactuar en las redes sociales en este idioma, como, por supuesto, Trump. La cuenta oficial de Trump como presidente de EEUU es @POTUS, con 26,4 millones de fieles.

Instagram es cada vez más popular en Latinoamérica, donde hay la población joven es numerosa y pujante. “Lo uso como un millenial”, decía el presidente chileno, Sebastián Piñera cuando lo preguntaban sobre esta plataforma. Está de moda la Instaplomacy.

Domina la Instaplomacy el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, nacido en 1981, que alterna fotos del embarazo de su esposa con anuncios de un día histórico sin homicidios. Cada vez son más frecuentes los relatos en Instagram de líderes o casas reales. El venezolano Nicolás Maduro es el más nombrado en esta red social y la cuenta de la cancillería venezolana la más activa.

La campaña de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, fue principalemente virtual, debido al intento de atentado que sufrió. Hablaba sus seguidores a través de Facebook live en lugar de comparecer en mítines. Bolsonaro es el número uno del ranking en Latinoamérica, con 15 millones de seguidores en Facebook, Twitter e Instagram, seguido por el presidente argentino, Mauricio Macri. Asimismo, entre los ex dirigentes destaca el presidente colombiano Álvaro Uribe, con 4,8 millones de seguidores solo en Twitter.

El segundo del ranking global de Twiplomacy es el Papa Francisco @Pontifex con más de 47 millones de seguidores en sus nueve cuentas en inglés, español, italiano, francés, alemán, árabe, polaco, portugués y latín en Twitter. En latín, curiosamente, tiene más seguidores que en alemán o en árabe.

Su predecesor, Benedicto XVI, fue el primer Papa en tener una cuenta, inaugurada el 12 de diciembre de 2012. Decía en su primer mensaje: “Queridos amigos, me uno a vosotros con alegría por medio de Twitter. Gracias por vuestra generosa respuesta. Os bendigo a todos de corazón”. Ese primer tuit se difundió en inglés.

Su nombre en Twitter es la traducción al latín de Pontífice (pontifex, constructor de puentes). En la presentación de la cuenta, Greg Burke, asesor de comunicación en la Secretaría de Estado vaticana, explicó que el Pontífice desea así “entrar en comunicación con los hombres y mujeres de hoy en día”.

El español Gustavo Entrala, socio fundador de la Agencia 101, ofreció su asesoramiento a la Santa Sede, que aceptó su propuesta. Benedicto XVI le preguntó por qué creía que tendría que estar en las redes sociales. Entrala le contestó: “Por la gente joven”. Y le convenció.

Cuenta del Papa Francisco.

Cuenta del Papa Francisco. TWITTER

Según explicaba Gustavo Entrala a Infotechnology, después el Papa Francisco, que sucedió a Benedicto XVI tras su retirada en febrero de 2013, siguió la cuenta. Es el Pontífice quien establece las líneas generales de las ideas que quiere transmitir. Con ese material y la información procedente de audiencias, homilías y documentos, un equipo presenta los tuits al Pontífice para que los modifique si lo desea. Luego se imprimen para ser archivados como documentos del Vaticano. Al asumir como Papa se eliminaron los mensajes de su predecesor.

Es la cuenta con más éxito en español. Pontifex solo sigue a Pontifex. La ONU es el referente favorito de los líderes globales (375 de 951), por delante de Barack Obama, y Unicef. El medio informativo que leen en redes sociales los dirigentes más influyentes es The New York Times y luego la BBC.

La tuitera de los milagros

Entre las mujeres acaba de fallecer la más seguida en Twitter, @SushmaSwaraj, con 13,2 millones, que fue ministra india de Exteriores con Modi (2014-2019). En su último tuit del 6 de agosto, Swaraj agradecía al primer ministro, Narendra Modi, que retirara el estatus especial a la Cachemira india, vigente desde hacía 70 años. “He estado esperando este día toda mi vida”. Murió horas después.

Swaraj sí utilizó las redes sociales para interactuar con los ciudadanos. Era conocida por sus “milagros tuiteros”. El médico egipcio recordaba cómo respondió rápidamente cuando le pidió un visado en 2016 para operar en la India a una paciente suya que pesaba media tonelada.

Recurrió a la diplomacia tuitera para repatriar a ciudadanos indios atrapados en conflictos o presa del hambre en Arabia Saudí, o incluso hacía de celestina. Debido a su gran actividad en redes sociales, era considerada una poderosa líder global, según destacó en 2016 Foreign Policy.

En segundo lugar, figura la reina Rania de Jordania @queenrania, que tiene gran éxito en Facebook también y en Instagram. La reina jordana es la más seguida entre los dirigentes árabes con 10 millones de fieles en Twitter, 17 millones en Facebook y 5,5 millones en Instagram. La reina jordana se presenta como “una madre y esposa con una jornada genial”. Muy cool, literalmente.

Cuenta de Twitter de la reina de Jordania.

Cuenta de Twitter de la reina de Jordania. TWITTER

También destaca la ex primera dama @MichelleObama, con más de 13 millones en Twitter. “Chica del Sur y ex primera dama. Esposa, madre y amante de los perros. Abrazadora en jefe siempre”. Excelente oradora, algunas de sus citas han sido muy retuiteadas, como el célebre: “When they go down, we go high (cuando ellos dan por debajo, nosotros nos elevamos)”.

Llama la atención cómo la canciller alemana, Angela Merkel, es la única de las líderes del G-7 que no tiene una cuenta activa en Twitter, aunque sí en Instagram. Su portavoz, Steffan Seibert @RegSprecher, sí es muy activo. En una ocasión contestó a Rihanna, con 88 millones de seguidores, cuando la cantante preguntó sobre cómo apoyaba el gobierno alemán la educación.

Curiosamente los tuits que aluden a la canciller suelen ser virales, como estos últimos días la foto en la que se ve cómo está leyendo Tyrant: Shakespeare on Polítics, del profesor de Harvard Stephen Greenblatt, un estudio sobre los tiranos y por qué los ciudadanos los aceptan a través de los personajes del escritor británico. O la imagen del modelo elegido para asistir al Festival de Bayreuth, que ya usó por primera vez hace 30 años. En Europa es la cuenta oficial @10DowningStreet la más seguida con 5,4 millones.

En la actualidad, el 97% de los 193 países representados en la ONU tienen presencia oficial en Twitter. Solo los gobiernos de seis países (Laos, Mauritania, Nicaragua, Corea del Norte, Suazilandia y Turkmenistán) no están oficialmente presentes en esta plataforma, según el informe Twiplomacy 2018, el último publicado.

China lo está a través de la Oficina de Información del Consejo de Estado, @ChinaSCIO y también tiene cuenta en Facebook y YouTube. En 2014 la presencia oficial era del 76% del total de países de la ONU.

El primer líder global que se estrenó en Twitter fue @BarackObama el 7 de marzo de 2007, cuando era senador por Illinois. La cuenta oficial @Japan se lanzó ese año. También fueron de los primeros el ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto y la secretaría de Estado de EEUU. La mayoría de los dirigentes globales se incorporaron entre 2009 y 2014.

¿Qué buscan los líderes mundiales?

Pero, ¿para qué usan los líderes globales las redes sociales? Realmente, pocos lo hacen para interactuar con los ciudadanos. No son Trump ni Modi quienes más lo hacen. En realidad, para muchos son un órgano de propaganda, para difundir su imagen como lo eran las monedas acuñadas en la época romana, o bien para fijar la agenda.

En el caso de Facebook la audiencia está segmentada, lo que es un arma electoral valiosa. Los líderes populistas son unos maestros a la hora de dirigir la mirada sobre una u otra cuestión desde sus redes sociales.

Entre quienes sí interactúan destaca la cuenta del gobierno de los Países Bajos @Rijksoverheid, donde se responde a los ciudadanos sobre sus políticas, leyes y normas de lunes a viernes. También tiene un canal similar el gobierno británico @GOVUK.

El presidente de Ruanda, @PaulKagame, es de los más conversadores, incluso con sus críticos. También lo hace de vez en cuando la primera ministra de Nueva Zelanda, @JacindaArdern, quien incluso mostró a su recién nacido en Instagram, donde anunció el nombre de su primera hija, Neve Te Aroha. Hacía 30 años que una primera ministra no daba a luz en el cargo.

En su estudio The New Public Address System: Why Do World Leaders Adopt Social Media?, Pablo Barberá, de la University of Southern California, y Thomas Zeitzoff American University, señalan cómo los líderes suelen recurrir a estos medios “por razones estratégicas”, si bien en las democracias se inclinan más a ellos. Sin embargo, también cuando hay revueltas las redes sociales pueden ayudar a acercar el mensaje oficial frente a los que rechazan las tesis gubernamentales.

Reino Unido es de los países más avanzados en diplomacia digital. La red de twiplomacia más grande del mundo es la que ha creado el @ForeignOffice y comprende 413 embajadas en todo el mundo, embajadores y jefes de misión. Ejemplo del esta diplomacia digital es la actividad del embajador británico saliente,@SimonManleyFCO, quien da cuenta con frescura y cercanía sobre su tarea diaria.

Desde el Parlamento Europeo también se promueve la interacción con los ciudadanos y muchos eurodiputados españoles recurren a las redes para dar cuenta de sus actividades e intercambiar opiniones con los interesados. Ha sido un ejemplo la ex eurodiputada @beatrizbecerrab, muy activa en las redes.

Cada vez es más frecuente que los dirigentes internacionales den a conocer información relevante. Recientemente, el ex presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, acabó con las incógnitas sobre quién sería el aspirante europeo a suceder a Christine Lagarde al frente del FMI. Tras una votación ajustada y discutida, Dijsselbloem reconoció en un tuit la victoria de la búlgara Kristalina Georgieva.

La revolución Trump y cia.

Con Trump como tuitero-en-jefe hay un antes y un después en esta red social. Ha convertido su cuenta personal en su altavoz y desde ahí hace política directamente. Así no tiene que rendir cuentas a nadie de su gabinete.

Lo utiliza para anunciar despidos, o decretar medidas, y, sobre todo, para fijar la agenda, que termina siendo agenda global. También lanza globos sonda. Si se levanta y escribe que va a elevar las tarifas de importación con China, las Bolsas del mundo se tambalean.

Con Twitter Trump fue capaz de saltarse a los medios tradicionales y dirigirse directamente a sus seguidores”, escriben Barberá y Zeitzoff

Barberá y Zeitzoff señalan cómo “muchos atribuyen su inesperado éxito a su habilidad en el uso de Twitter, ya que con esta red social fue capaz de saltarse a los medios tradicionales y dirigirse directamente a sus seguidores, cultivando una personalidad única”.

Recuerdan los investigadores cómo el propio Trump reconoció el gran papel de las redes sociales en su victoria, ya que le proporcionaron una manera de “responder a los golpes” de lo que él considera la “distorsionada visión de los medios tradicionales”.

Cuenta personal de Donald Trump en Twitter.

Cuenta personal de Donald Trump en Twitter. TWITTER

La victoria de Trump sorprendió al mundo en noviembre de 2016. Pero aún más cómo ha seguido ejerciendo su poder. “Su lenguaje nada diplomático plantea un desafío sin precedentes a los líderes mundiales que muchas veces no saben si contestar o no directamente a Trump”, señala el informe de Twiplomacy. En mayo de 2018, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se atrevió a escribir lo que muchos piensan: “Con amigos así, quién necesita enemigos”.

No tiene reparos en escribir tuits bomba que en otro momento habrían dinamitado las relaciones bilaterales con otros países, como tampoco los tiene en arremeter contra sus rivales demócratas. Recientemente, estuvieron en su punto de mira cuatro congresistas demócratas conocidas como el Escuadrón, a quienes les dedicaba eslóganes como “volved a vuestro país”, que luego corean sus seguidores en los mítines.

Después de la matanza de El Paso, obra de un supremacista blanco que le admiraba, ha recibido severas críticas por su retórica incendiaria. Pero Trump insiste en que su discurso une al pueblo americano, no lo divide.

En Europa, recurre a las redes sociales como una plataforma electoral en llamas el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, quien habla en eslóganes y titulares. En Facebook live retransmite sus mítines, que casi son diarios sobre todo este verano, que ya tiene aire preelectoral.

Luca Morisi, quien bautizó al líder de la Liga como Il Capitano, es el estratega detrás del éxito de Salvini. “La clave de su popularidad de Salvini se basa en un dominio excepcional de las redes sociales”, señala John Hooper, corresponsal de The Economist en Italia.

Morisi utiliza una herramienta de monitorización, a la que llaman La Bestia, que ayuda a su equipo a detectar tendencias. Analizan las publicaciones en redes sociales, y las respuestas de los seguidores, y de esta forma van improvisando su acción política. Por ejemplo, si ven que entre los leales a Salvini se repite porti chiuso (puertos cerrados) lo convierte en hashtag. O si se refieren a cómo los inmigrantes roban el trabajo a los italianos. Es política a demanda de la sinrazón. En Facebook tiene 3,8 millones de seguidores.

Antes de existir el microblogging los grandes líderes acuñaron los mejores tuits de la historia sin saberlo. Kennedy, Churchill o Martin Luther King habrían sido excepcionales en las redes sociales. “I have a dream”. Y sobran caracteres. Pero había un mensaje, un sueño.

Ahora, como señala En el enjambre el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, en realidad lo que nos encontramos es con un “enjambre digital”.  Trump o Salvini serían las abejas reinas. Según Byung-Chul Han “la hipercomunicación digital destruye el silencio que necesita el alma para reflesionar y ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pueda cuestionar lo establecido, que adquiere rasgos totalitarios”.

Ya no estamos ni siquiera en el 1984 de Orwell, según el filósofo, porque “esa sociedad era consciente de que estaba siendo dominada, y hoy no somos conscientes de esa dominación”.

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